martes, 22 de marzo de 2011

El gilipollesco mundo de los concursos

El mundo de los concursos literarios es profundo y tortuoso. Durante este mes he mandado textos a concursos de los más variado. Para ser más ilustrativos: un concurso radiofónico, uno de cartas de amor, uno de poesía humorística, uno de abogados, varios de microrrelatos, uno de relatos optimistas (soy un optimista acérrimo, aunque no lo parezca), uno de ecologismo y desarrollo sostenible y (no es broma) un concurso de relatos gays.

He esperado pacientemente la respuesta a mis plegarias: ganar un jodido concurso que no fuese el concurso de christmas que gané con quince años en el instituto y, dicho sea de paso, con un esfuerzo ínfimo. Tengo que darle las gracias a la profesora que me dejó ese día sin recreo para que terminara el trabajo (mi christmas consistía en una cartulina verde con la fotocopia de dos ángelitos de Rafael con pinta de aburridos pegada con pegamento pritt en plan guarro y una inscripción con tippex que decía “Feliz aniversario”. Cinco minutos de reloj, amigos...).

Pero no nos desviemos. El caso es que he estado invirtiendo, en este invierno, decenas de las valiosas (y, por otra parte, inútiles) horas de vida que me quedan en escribir y reescribir, retocar, corregir, y recortar escritos para que se adecuaran a las caprichosas y peculiares bases de cada convocatoria. “¿Para qué?” os preguntaréis. Pues para que me llegue, esta tarde, un correo electrónico diciendo que no he ganado el concurso (en concreto, el concurso de ecologismo y desarrollo sostenible), adjuntándome los relatos de los que sí han ganado. Pero eso no es lo mejor: lo mejor es que a estos ingeniosos mecenas de la literatura subterránea se les ha ocurrido hacer una edición colectiva con los relatos de la mejor calidad que no han sido premiados y (¡Sorpresa!) mi relato sí está entre los elegidos. Sin embargo (como era de esperar) no tienen presupuesto para la edición y por el módico precio de 50 euros (que saldrán, cómo no, de los bolsillos de gilipollas como yo) podrán sacar adelante la propuesta para regocijo de todos los escritores de pacotilla. Con la sangre todavía recalentada me he permitido escribir una escueta respuesta a esta gentuza, en la que, con mucha educación, les he dicho.


Gracias por su valoración, señores...

Pero mi vanidad y mi candidez todavía no han llegado al límite de comprarme mis propios libros: no me parece muy sostenible.

Suerte con la edición.


Pensándolo bien, el próximo concurso en el que participe, voy a organizarlo yo en persona, y voy a otorgarme el premio a mí mismo. Yo seré también el primer y segundo finalista y, por supuesto, me daré el premio de consolación. Ofreceré una exclusiva conferencia en mi habitación explicando el profundo y complejo contenido de mi obra y me homenajearé con un sonoro aplauso. Si es que ya me decía mi abuela que hay que ir a por lo seguro...

martes, 15 de marzo de 2011

¡Lo que van diciendo por ahí de nosotros!

Queridos amigos!

¡Este blog ya tiene 9 lectores! Para celebrarlo he recuperado un divertido documento de los viejos archivos de Alpargata. En él se pueden encontrar los comentarios y las opiniones del fervoroso público antes y después de conciertos de la banda a lo largo de españa y los reinos de Taifas. La foto es cortesía de nuestras queridísimas Bonus-Extra, colectivo de artistas visuales que supieron obtener una imagen nítida de nuestras múltiples personalidades simultáneas (...).




-Tú quién te crees, ¿Jim Morrison? (Listillo en Zaragoza)



-Sois Frank Zappa de la rumba (iluminado en Pontevedra)



-Yo tengo unos colegas que son más famosos (Gilipollas en Granada)



-No me acuerdo de nada, pero está guapo (Borracho en Toledo)


-¿Pero tú has tocao aquí? (Imbécil en Badajoz)


-Yo la tengo más grande que el cantante... (Motivado en Orense)


-Pero tú no tienes los cojones que tiene él... (Compañero del motivado, en Orense)


-Hoy no puedo, ¿me das tu facebook? (Estrecha en Lérida)


-Vaya full de grupo (Amigo del Facebook)


-Como les encuentre por la calle les rompo la cara (Amigo del Myspace)


-Es una mierda, pero tienen algo (Tipo consecuente en Vitoria)


-Sólo entro si me dedican una Canción (Golfilla en Castellón)


-Ya no se invitan a más copas a los músicos (Camarera en Madrid)


-Muy bonito pero te podrías afeitar (Madre del bajista en Lugo)


-Te llamaré para mi productora (Embustero en Cádiz)



Y tú... ¿qué opinas?

sábado, 12 de marzo de 2011

La vida del artista

Un día decidí que quería ser poeta (o, más bien, que no tenía otro remedio). Por el camino, aparte de perder a casi todos los amigos que tenía, he sido estafado, robado, engañado, humillado, insultado y lo que es peor, ignorado. Me han llamado inútil, vago, caradura, farsante, cuentista, holgazán, cantamañanas; me han dicho que lo deje, que no merece la pena mi lucha, que acabaré siendo un vagabundo, una sabandija, una sanguijuela, en fin, un parásito. Mientras tanto, he visto gente a mi lado llenarse los bolsillos con mentiras entre los vítores y aplausos del respetable; he visto como la suerte pasaba de largo ante mis ojos mientras yo me conformaba con las sobras, he vaciado todas las plazas, todas las salas, he recibido abrazos que eran puñaladas, he confiado en mis enemigos y les he enseñado todas mis cartas como buen iluso que soy (y seguiré siendo).

A fuerza de hostias he aprendido a sonreír con el cuchillo clavado en la espalda, a aceptar las trampas de los otros, a mantener la calma cuando me estampaban la mentira en la cara, a poner a raya mi orgullo frente a la injusticia que me oprimía. He derramado lágrimas como para llenar una piscina municipal y roto mis nudillos contra las paredes, he sufrido ataques de ansiedad y de euforia, he considerado la idea de terminar con todo (y quiero decir con TODO) más de una vez, pero pocas personas han tenido ocasión de verlo. No creía que mi desgracia fuese una mercancía demasiado valiosa, que fuese un atributo digno de mostrar a la galería como si ésa fuese mi mayor obra de arte, pero nunca se sabe...

Quiero convencerme de que la cosa no va por ahí, aunque me pregunto si esa ansiedad y esa tristeza se presentarían en mi alma si yo fuese un artista reconocido, si cobrara lo que creo merecer por mi trabajo, ¿no buscaría otros motivos para ser un desgraciado, para sentirme maldito?¿No es cierto que hay numerosos artistas exitosos carcomidos por la infelicidad? Puede que me quedase sin argumentos, sin temas de los que hablar. Es más: la felicidad nunca fue algo demasiado atractivo en mi imaginario, ya que siempre he considerado ésta como una quimera. Pero, ¿tienen algo que ver la felicidad y el éxito? Ciertamente, cada vez tengo más dudas de ello... Lo único que está claro es que este blog tiene aproximadamente 7 u 8 lectores y eso, indudablemente, no es un éxito considerable.

Sin embargo, en este momento la gratitud no cabe en mí: sé que son 7 u 8 personas, pero cada una de ellas piensa más y mejor que 500 de las que compran novedades en las librerías. Chúpate esa, Dan Brown...

lunes, 7 de marzo de 2011

Pero mira que eres tonto...

Sé que este blog peligra de convertirse en un lugar para las revanchas personales, pero hay ciertas cosas que, cuando las veo, se me revuelven las tripas. Como decía un franchute llamado Claude Chabrol “La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia: la inteligencia tiene sus límites, la tontería no” y por eso me es imposible pasar por alto las gilipolleces que me voy encontrando, entre otros lugares, en la red. No voy a dar nombres porque señalar es de mala educación, y no es mi afán el de buscar enemigos, pero no creo ser la única persona indignada por la hondonada de memeces que están invadiendo mi tablón del facebook (un invento del Belcebú, está clarísimo).


La imbecilidad de algunos se abre paso, irremediablemente, a través de los teclados y las pantallas de nuestros ordenadores con una facilidad asombrosa. Están los iluminados que promueven la cultura con faltas de ortografía, los motivados que ponen en su tablón lo que les pasa cada cinco minutos y lo van actualizando, los que van de crecidos y te ponen todos los detalles de lo estupenda y cojonuda que es su vida, los que fardan de sus estúpidos éxitos que le importan un carajo a la gente, los capullos con grupos musicales que te mandan eventos continuamente (no, no voy a ir a tu concierto, pesado de mierda). También cabe destacar a los desvergonzados que cuelgan las 120 fotos de la fiesta de la noche anterior en las que salen borrachos, decrépitos, con los ojos nublados, mirando a la cámara con cara de gilipollas y con una copa en la mano (Punset hizo en su momento una acertada comparación de estas fotos con las de los chimpancés de National Geographic); los que mandan convocatorias de manifestaciones varias y luego se quedan en su casa (sí, amigos, ¿no conocéis la página web de Amnistía Internacional? Echa una firmita electrónica para liberar a los presos de Guantánamo, y acto seguido siéntate en tu confortable sofá del Ikea).


Lo sé, soy un antisocial, una traicionera rata de cloaca, y escribo esto sentado en (¡sí, camaradas, lo habéis adivinado!) un sofá del Ikea. Cuando termine de redactarlo, lo colgaré en mi blog (powered by google) y luego pondré un enlace en el facebook de mi grupo musical (en el que cuelgo eventos a tutiplén) para que todos vosotros podáis criticarme y constatar que yo también soy un mamón con el cerebro del tamaño de una aceituna. Pura vanidad, amigos. Nada más que pura y dura vanidad...


Os juro que no puedo esperar a ver cuánta gente pone un “me gusta”. ¡Qué emoción!

viernes, 4 de marzo de 2011

¡MIERDA PARA TODOS!


¿Qué pasa cuando la turba de los supuestamente cuerdos decide señalar a alguien, marcarlo como maldito?¿Qué pasa cuando un grupo de mentes horizontales se confabula contra una persona y se niega a dejarle entrar o acercarse a donde ellos están?¿Qué pasa si esa gente es la misma que habla de Libertad, Tolerancia y otras gilipolleces por el estilo, la misma que dice para todos todo, la misma que se llena la boca con la palabra Igualdad hasta atragantarse?¿Qué pasa si alguien comete el gran error de su vida y quiere enmendarlo?¿No se le va a brindar la oportunidad de hacerlo, de intentarlo?¿Vamos a cerrar el paso a esa a persona a nuestro maravilloso mundo de gente guay y artistas de pacotilla, mientras todos nos olemos el culo unos a otros y nos alegramos de habernos conocido?¿Qué pasa si eso está ocurriendo aquí y ahora?¿Qué pasa si esa persona eres tú?


Entonces yo digo... ¿Para todos todo? ¡Pues MIERDA para todos!


Y otra cosa que no debéis olvidar: Vuestras bien amuebladas y dóciles mentes son el mejor pasto para la imbecilidad.