domingo, 29 de junio de 2014

Lasmala, algo más que música

Un grupo de música en el que la protagonista no es la música. Nada del otro mundo, ¿verdad? Esa situación la podemos ver en muchas partes, sobre todo en el pop, género en el que la música no es tan importante como la imagen (ya he hablado de esto en otras ocasiones).

 Pero en el caso de Lasmala, la música (cuya calidad es indiscutible), es eclipsada por el proyecto humano que conforman. Es esa humanidad la que me enganchó desde el principio, la sinceridad de sus letras, de vivir conforme a las ideas que promueven y luchar por ellas con ilusión y constancia. Lasmala es una gran familia que muda de país y de idioma sin perder su identidad, que va portando su música universal (por algo sus integrantes forman parte de 7 países distintos) echando raíces en el camino.

 Esta banda, formada entre Chile, Perú y Francia, sabe lo que es arriesgar y jugárselo todo a una carta. Saben mezclarse con todo y de todo sacan provecho. Y en ocasiones se parecen más a un ejército que a un grupo de música, sobre todo cuando hay que adaptarse a la situación. Ellos vinieron por primera vez a Madrid la semana pasada, donde había programado un concierto en la UCM Somosaguas, con el pretexto de recaudar fondos para los detenidos del 22-M. El concierto fue ilegalizado y, por ende, suspendido, gracias a nuestros queridos políticos, que no querían una fiesta antisistema en su feudo madrileño. Después de varias intentonas y con el tiempo pegado al culo la gente de CSO La Gatonera (a los que mando mi más sincero agradecimiento) nos cedió su espacio para realizar el concierto con dos horas de antelación. 

Lasmala montó su concierto en un tiempo récord y dio un show, para mí, magistral, en la okupa de Carabanchel. El público, pese a no ser muy numeroso (50 personas, quizá 60) puede dar fe de lo que estoy diciendo: se veía gente que no daba crédito a lo que estaba oyendo y viendo. En el segundo tema, su mezcla de cumbia, salsa y reggae ya estaba surtiendo efecto y algunos se sentían como si hubiera venido Mano Negra a tocar a la puerta de su casa.

El concierto terminó, cómo no, con el público saltando como si no hubiera un mañana. Nada más irse continuando su gira hacia Francia han dejado un vacío en mi corazón, los muy cabrones. Ese vacío que queda cuando ves una gran película o una gran obra de arte y te quedas un rato en estado de shock, pensando: ¿y qué hostias hago yo aquí parado? Sé que pronto nos volveremos a encontrar y os agradezco, amigos de Lasmala, que hayáis pasado por aquí a regalarme un poco de vuestra luz.

 También he de agradecer la hospitalidad con que la gente de mi barrio recibió a la banda: ACROLA, Colectivo 1984, Fisura producciones… nos lo ponen difícil, pero seguimos en la brecha!

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